Un estudio realizado en Reino Unido que reunió a más de medio millón de personas, demostró que las personas que tienen horarios para dormir contrarios a los de su reloj biológico, son más propensos a desarrollar padecimientos médicos.
Los efectos negativos en la salud serían resultado de una desalineación entre el reloj interno de una persona, también conocido como ritmo circadiano, y los horarios socialmente impuestos para el trabajo y otras actividades. Es por eso de la importancia de mantener un reloj biológico lo más estable posible, pues este regula características como el sueño, temperatura corporal y secreción de hormonas.